Hoy en día las empresas están gestionando un conjunto amplio (y de rápido crecimiento) de aplicaciones de misión crítica, que requieren estar en alta disponibilidad, aceleradas y seguras. Esto redunda en la necesidad de sistemas que sean capaces de mostrar un conjunto de servidores o recursos que realizan una misma tarea como una sola unidad lógica consistente.
Por otro lado, los ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS) han aumentado dramáticamente en los últimos 3 años, tanto en cantidad como en complejidad, siendo actualmente los responsables del mayor daño económico y reputacional para los negocios a nivel global. En este nuevo escenario, las organizaciones comienzan a entender rápidamente la necesidad de una alternativa moderna a sus antiguas defensas para este tipo de amenazas.